lunes, 3 de marzo de 2014

Prueba de publicación programada

miércoles, 19 de febrero de 2014

martes, 18 de febrero de 2014

EN CONSTRUCCIÓN



lunes, 17 de febrero de 2014




Para crear un Blog en blogger lo primero que tenemos que poseer es una cuenta de los servicios de Google.

Si no la tenemos habrá que crear una. (Pinchando en la foto tenemos el enlace para crear la cuenta)


NOMBRE: Nuestro nombre y apellidos

NOMBRE DE USUARIO: debemos elegir el nombre de usuario que debamos usar con nuestras cuentas de google. Éste deberá ser único, así que si otro usuario ya lo ha elegido deberemos usar otro. Además será nuestro correo electrónico de Google que tiene este formato: nombredeusuario@gmail.com

CONTRASEÑA: la contraseña de seguridad elegida para acceder a nuestros servicios de Google.

TELÉFONO MÓVIL Y DIRECCIÓN DE CORREO ACTUAL: Mecanismos que usará Google para identificarte y enviarte una nueva contraseña y los datos de tu cuenta en caso de pérdida de la contraseña.

Para terminar de crear la cuenta se nos pide que copiemos el texto que aparece en una imagen para demostrar que somos una persona creando una cuenta evitando que un programa externo cree cuentas automáticamente.

En el siguiente vídeo podremos ver los pasos a seguir para crear nuestra cuenta para blogger.



Una vez tengamos la cuenta creada accederemos a nuestra cuenta de Blogger y podremos crear nuestro primer blog.


Al clickar sobre el botón Nuevo Blog nos saldrá una pantalla como la de la imagen.


La rellenamos, elegimos una plantilla base que marcará el aspecto visual de nuestro blog y ya tendremos nuestro primer blog creado en la plataforma Blogger.







lunes, 3 de febrero de 2014

Había una vez…


En un lugar y tiempo muy cercanos un niño llamado Álex.
Álex tenía 4 años que había cumplido en Junio, así que Álex se sentía mayor, porque ya no eran simplemente 4 años, eran 4 años y medio, un matiz insignificante para nosotros pero de máxima importancia para él.


Álex tenía una hermana pequeña a la que adoraba, hacía sólo unas semanas que había cumplido su primer año de vida y reforzaba la idea de su hermano de lo mayor que era.


La niña se llamaba Lucía y por su edad todavía no habían empezado los conflictos fraternales, simplemente era un juguete más para Álex.


    Álex había llevado una vida feliz y tranquila, su papá trabajaba en una fábrica, aunque Álex no sabía exactamente haciendo qué, porque poco antes de su segundo cumpleaños la fábrica había entrado en algo llamado ERE o algo así y su papá había empezado a pasar mucho tiempo en casa.
    La mamá de Álex trabajaba en una tienda vendiendo carne, Álex había ido muchas veces a verla al salir del cole pero hacía unos meses que había llegado a casa muy triste y dijo que la habían despedido. Álex no sabía exactamente qué significaba aquello, pero tenía claro que debía ser algo malo.
    Sus papás habían comenzado a estar más en casa, esto hizo que Álex estuviera muy contento ya que ahora podrían pasar mucho más tiempo en familia.


    En el cole Álex tenía muchos amigos, era un niño como los demás, jugaba, aprendía y crecía junto a sus compañeros. Era un niño algo introvertido pero siempre dispuesto a compartir y muy sensible ante los problemas de sus compañeros.
    Sus mejores amigos, Ana y Juan, pasaban horas y horas con él en el patio, en clase, en el comedor…
    Un día, sin saber cómo ni porqué, Álex empezó a notar que su mundo comenzaba a desmoronarse. Sus papás, a los que él tanto quería, pasaban horas y horas discutiendo de cosas que él no entendía, pero lo peor eran las caras, los lloros y los gritos.
    Además dejó de ir al comedor del colegio, con lo que perdía horas de compartir juegos con Ana y Juan, y esto lo entristecía casi tanto como el ambiente de su casa.


    Mientras comía con sus padres veía en las noticias que el mundo en general parecía estar sufriendo la misma transformación que su propio mundo. Gente gritando, llorando mientras unos señores uniformados, que a él le habían dicho que su trabajo era proteger a los niños y a sus familias, sacaban a golpes a familias enteras de sus casas sin importarles que en ella vivieran niños indefensos como Álex e incluso como su hermana Lucía.
    Su preocupación fue creciendo viendo que en su casa empezaban a escasear algunos alimentos, que ya no les compraban chuches los fines de semana, ya no salían de casa…




    Álex comentó estas preocupaciones con sus mejores amigos, Ana y Juan los cuales se pusieron muy tristes al escuchar los problemas de su amigo.
    Las profesoras, al notar que el grupo estaba un poco nervioso y en especial Álex se notaba un poco triste y retraído les preguntaron a los niños que era lo que pasaba. Los niños se lo explicaron y la profesora de Álex se decidió a llamar a sus papás para hablar con ellos.
Los padres un poco avergonzados y superados por la situación ley explicaron que habían quedado en paro y que empezaban a pasar verdaderas angustias económicas, ya que incluso debían varias letras de la hipoteca y el banco había comenzado a amenazarlos con el embargo.




Al día siguiente la profesora reunió a los niños en un círculo en clase y les explicó básicamente la situación de la familia de Álex, para que lo comprendieran y trataran de animarlo.
Además les preguntó si se les ocurría alguna forma de ayudar a Álex y su familia para salvar su situación.
    Los niños escucharon atentamente a la maestra y tras unos segundos de silencio Ana alzó la voz y dijo muy decidida:
- Podríamos recoger juguetes de todos y venderlos para conseguir dinero para Álex.


Animados por la primera propuesta el resto de los niños comenzó a dar ideas distintas… aportar comida, dar dinero…



    La maestra conmovida por la situación pero al mismo tiempo ilusionada por la reacción de sus niños de hasta 5 años decidió comentar el tema con sus compañeros, los cuales desde el primer minuto se implicaron en ello.
    Organizaron un mercadito voluntario, uno de ellos se ofreció a pagar el comedor del niño…
    Con el tema del mercadito los papás de los otros niños se enteraron de todo, uno de ellos era un abogado importante y se ofreció a luchar contra el banco para alargar los plazos y negociar unas condiciones asequibles.
    Otro de los papás tenía una fábrica y ofreció un trabajo al Papá de Álex…



    Entre todos consiguieron que Álex, Lucía y sus papás volvieran a sonreír y a tener una vida normal.


    Ante un gran problema el pueblo se unió y se defendió a sí mismo.
web

by Juan José Pinazo Torres
Idea original de Lucía Pinazo Polo

lunes, 11 de abril de 2011

Estos días he comenzado a interesarme en serio por todo esto de la Web 2.0

He encontrado mucha información, que aún estoy ordenando, clasificando e intentando asimilar, sobre como estudiar, manejar, interactuar... en las distintas redes sociales, con el objetivo de situarte en la red, dar a conocer tu marca, convertirte en un Comunity Manager o en gurú de todo lo referente al "Social Media".

Sin embargo he encontrado mucha menos información sobre, según mi opinión, los verdaderos protagonistas de esta "revolución 2.0": los clientes 2.0, no desde el punto de vista del que quiere "sacarles" algo, sino desde el punto de vista del propio cliente y de la utilidad que puede darle a cambiar el rol de cliente pasivo, por el rol de cliente activo que interactúa con sus proveedores, ya sean estos su marca de refrescos favorita o el fabricante de su televisor.


Ser cliente 2.0 de una empresa con representación en la nueva web 2.0 significa que tu voz importa, que tus opiniones pueden tenerse en cuenta y que tus quejas tienen un eco mucho más amplio que una hoja de reclamaciones que muchas veces no llegamos ni a entregar en nuestra oficina de consumo.

Hace unos meses los biberones de mi hija empezaron a agrietarse sin razón aparente, se me ocurrió la idea de poner un comentario en la página de facebook de la marca (Dr Brown). Ese mismo día recibí un mensaje de la persona responsable de la página, pidiendome los datos y una foto de los biberones para ver que les había pasado, 4 días después teníamos en casa 4 biberones nuevos, fabricados con materiales que no tenían problemas de grietas y un esterilizador de la marca como obsequio por las molestias.

Este es sólo un ejemplo del poder del cliente en la nueva era de la red social, donde tu voz tiene una repercusión como nunca antes se había visto y donde cada vez más compañías apuestan por una relación directa empresa-cliente que beneficia a ambas partes.

Por supuesto tras la respuesta recibida por parte de la empresa, mi mujer y yo nos convertimos en "anuncios vivientes" de la marca, recomendándola a amigos y familiares e incluso comentamos el caso con la tienda que nos los vendió.